Un postre exquisito para acompañar un buen café o un té y además sencillo y
natural.
No son las famosas yemas de Santa Teresa de la maravillosa ciudad de Ávila
pero las podéis hacer en casa cuando os apetezca tomar algo con un sabor
delicado y divino.
Por cierto si tenéis oportunidad de viajar a Ávila os recomiendo que probéis
las autenticas yemas de Santa Teresa que allí venden, yo lo hice y me quedé
maravillada ante el sabor único de estas. Al igual que mi sorpresa al ver ante mí
una ciudad típicamente medieval que aún conserva ese espíritu acogedor de sus
habitantes ante los forasteros y el aura santo de su historia sobre todo el que
se puede percibir en el magnífico monasterio de la Encarnación donde Santa
Teresa de Jesús paso tantos años.
Ingredientes:
- 6 yemas
de huevo
- 100 gr
.de azúcar
- 80 ml.
de agua
- Azúcar
glass para rebozar las yemas.
Se hace un almíbar
con el agua y el azúcar removiendo a fuego lento. Si lo deseáis podéis echar
una corteza de limón y una rama de canela para aromatizar. Cuando el almíbar
este espeso se retira del fuego y se deja enfriar un poco. Mientras se baten
las yemas ligeramente y se incorporan al almíbar cuando este tibio. Se vuelve a
poner al fuego lento removiendo hasta que cuaje. continuación se retira del
fuego y se dejan enfriar.
Cuando estén
completamente frías se hacen bolitas, se rebozan en azúcar glass y se ponen en
moldes de papel.
Y para
terminar recomendaros que vayáis a Ávila , una ciudad que te remonta al pasado
medieval de España y donde se respira la santidad de un lugar sagrado.
¡ Hasta la próxima !