Siempre en una sobremesa
se agradece la tranquilidad y reposo después de una buena comida. A eso
contribuye en gran medida el tomar un buen té acompañado como no por unas
pastas, si son caseras y hechas en casa mucho mejor, porque no hay nada como lo hecho en casa.
Esta receta lleva las
cantidades más o menos a ojo, pues harta de probar con otras recetas y no
obteniendo la textura deseada pensé en probar según mi intuición y al final el
experimento salió bien, por lo menos a mi gusto.
También se me ocurrió darles un toque de color y para eso utilicé colorantes y virutas de caramelo y chocolate.
Para acompañar las
pastas lo mejor es un buen té verde con hierbabuena, para darle un toque
oriental.
A continuación y
esperando que sea de vuestro agrado os paso la receta de las pastas.
Ingredientes:
- 100 grs. de azúcar
- 100 grs. de mantequilla en
pomada
- Una cucharadita de azúcar
vainillado
- 2 huevos
- 200 grs. harina de fuerza
- virutas de chocolate
- virutas de caramelo
- coco rallado
- colorante azul
- colorante rojo
En primer lugar se echa
en un bol el azúcar, la mantequilla , el azúcar vainillado y se mezcla, a
continuación
se añaden los huevos y
se mezcla de nuevo. Por último se añade la harina poco a poco y mezclando a la vez.
Cuando la mezcla este
consistente se amasa con las manos, se echa en un recipiente, se tapa con film
transparente y se mete en la nevera durante dos horas aproximadamente.
Transcurrido este tiempo
separamos la masa en tres porciones. A una de estas porciones se le echa
colorante rojo y se amasa hasta que tenga el color deseado ( yo le eche poco y salió
rosa), a la siguiente porción se le echa colorante azul y la restante la
mezclé con las virutas de chocolate.
Cuando estén bien
amasadas se extienden con un rodillo y se cortan con cortapastas de diferentes
formas.
Se pintan con un pincel
con leche o agua y se echa por encima azúcar vainillado, virutas de
caramelo, coco rallado y virutas de chocolate.
Se colocan en una bandeja
con papel de horno y se hornea en posición media a 200º durante 12 minutos.
Una vez horneadas se
sacan y se dejan enfriar en una rejilla.
Cuando esté frías se
meten en una lata para que se conserven mejor, y así poder degustarlas con
vuestro té favorito o con café.
Hasta la próxima.